viernes, 4 de octubre de 2013

La primera gran crisis de la Historia: la burbuja especulativa de los tulipanes.

Cultivo de tulipanes en Holanda.
A lo largo de la historia han existido otras crisis provocadas por burbujas especulativas, como cuenta el libro de Charles Kindleberger "Manías, pánicos y cracs. Historiade las crisis financieras."

Pero, ¿qué pensarías si escucharas que la flor del tulipán llegó a alcanzar en otros tiempos niveles de precios como si del oro se tratara?

Pues eso fue lo que pasó en Holanda en el siglo XVII. Fue la primera gran crisis de la Historia y se le conoce como la fiebre de los tulipanes o tulipomanía. Es uno de los ejemplos más citados a la hora de ilustrar el concepto de burbuja especulativa.

La llegada del tulipán


El tulipán se convertiría en un símbolo de estatus social.
El tulipán fue introducido en los Países Bajos en 1559, procedente del Imperio otomano, donde tenía connotaciones sagradas y adornaba los trajes de los sultanes. 

En un principio no eran demasiado populares (ya que en su estado natural no es una flor especialmente atractiva). Sin embargo, tras verse afectadas por un virus, empezaron a surgir una gran variedad de colores y una forma, irónicamente, más agradable, lo que provocó un creciente interés por ellos.


El gran crecimiento del mercado del tulipán


La flor rápidamente se convirtió en un codiciado objeto de lujo y un símbolo de estatus social. Las variedades se clasificaron por grupos, de la siguiente manera. En primer lugar, los tulipanes de color rojo, amarillo o blanco eran conocidos como Couleren. Pero fue el de multicolores Rosen (rojo o rosa sobre fondo blanco), Violetten (morado o lila sobre fondo blanco) y, en menor medida, la Bizarden (rojo, marrón o púrpura sobre fondo amarillo), los que fueron más populares y demandados.

Los comerciantes firmaron contratos ante notario para comprar tulipanes al final de la temporada (los actuales contratos de futuros). Así, muchas de las técnicas de las finanzas modernas se desarrollaron en este país. Finalmente se creó un mercado para los bulbos de tulipán, y los compradores se endeudaban con prestamistas para poder comprar y después revender los bulbos a un precio mayor.

Semper Augustus.
Para hacernos una idea del valor que tenían estas flores, sabemos que las variedades más raras eran bautizadas con nombres de personajes ilustres y almirantes de prestigio. Se conservan registros de ventas absurdas: lujosas mansiones a cambio de un sólo bulbo, o flores vendidas a cambio del salario de quince años de un artesano bien pagado. En 1623 un sólo bulbo podía llegar a valer 1.000 florines neerlandeses: una persona normal en Holanda tenía unos ingresos medios anuales de 150 florines. Poniéndolo en perspectiva con los EEUU actuales, si un ciudadano norteamericano gana, de media, 45.000$, un bulbo de tulipán costaría 1.8000.000$. Durante la década de 1630 parecía que el precio de los bulbos crecía ilimitadamente y todo el país invirtió cuanto tenía en el comercio especulativo de tulipanes. Los beneficios llegaron al 500%. A efectos de comparación, un bulbo de tulipán llegó a ser vendido por el precio equivalente a 24 toneladas de trigo. El récord de venta lo batió el Semper Augustus: 6.000 florines de oro por un sólo bulbo.

Charles Mackay escribió una historia ocurrida en aquel tiempo:

"Un rico mercader había pagado 3.000 florines por un raro tulipán Semper Augustus, y éste desapareció de su depósito. Tras buscarlo vio a un marinero (que había confundido el bulbo con una cebolla) comiéndose el tulipán. El marinero fue detenido de inmediato y condenado a seis meses de prisión."

En 1636 se declaró una epidemia de peste bubónica que diezmó a la población holandesa. La falta de mano de obra multiplicó aún más los precios, y se generó un irresistible mercado alcista. Tal fue la fiebre, que se creó un mercado de futuros, a partir de bulbos aún no recolectados. Ese fenómeno fue conocido como windhandel, "negocio de aire", y se popularizó sobre todo en las tabernas de las pequeñas ciudades, a pesar de que un edicto estatal de 1610 había prohibido el negocio por las dificultades de ejecución contractual que generaba. Y es que se había generalizado la ilusión de que siempre se ganaba en el mercado del tulipán. Independientemente de a qué precio se comprara, alguien siempre estaría dispuesto a pagar más. Gentes de todas las clases se lanzaron a comprar bulbos de tulipán, deshaciéndose de sus bienes más básicos, con la esperanza de revenderlos obteniendo un beneficio.

Explosión de la burbuja.


Sin embargo, en algún momento a principios de 1637, algunos de los especuladores detectaron signos de agotamiento del mercado (por vez primera no se vendió una colección exclusiva de tulipanes), y decidieron que era buen momento de vender y salir del mismo con sus ganancias. Esta actitud se contagió rápidamente y el pánico se apoderó del país. Quienes tenían bulbos en esos momentos, adquiridos a precio de oro, se encontraron sin compradores. La situación no era mejor para los que habían comprado mediante un contrato de futuros: se veían obligados a comprar a un precio que ya no era el de mercado.
La situación era tal que el gobierno holandés trato de mediar, estableciendo unas medidas que no dejaron contento a nadie: los compradores se veían obligados a pagar por algo que ya no tenía valor, y los vendedores tenían que vender a un precio menor que el acordado.

La explosión de la burbuja dejó, como siempre ocurre, vencedores y vencidos. Vencieron aquellos que se salieron justo antes de la explosión, acumulando grandes beneficios. Perdieron quienes habían liquidado su patrimonio para especular con bulbos y al final se quedaron con tulipanes y sin casa. Y perdió el país, que durante años se vió sumido en un importante problema económico.

Una de las razones por la que aún es recordada según Goldgar, es que el mayor daño fue a los valores holandeses. Lo peor del crash de los tulipanes fue que se anuló una sociedad ordenada basada en la confianza. Pero la razón principal es que las burbujas siguen sucediendo. Nada se aprendió de aquella experiencia. Es más, años después del crash de los tulipanes, se creó la denominada “burbuja de los Mares del Sur”. Y así hasta nuestros días.

Índice de precios del bulbo de la flor


Se ha diseñado el siguiente índice de precios del bulbo del tulipán para explicar la cronología de este suceso:


En el gráfico no existen datos de precios entre el 9 de febrero y 1 de mayo, por lo tanto la forma de la disminución se desconoce. El precio de los bulbos de tulipán se derrumbó bruscamente en febrero de 1637.





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